Se llama así a un conjunto de formas geológicas situadas al norte de la ciudad de Cuenca y producidas por la erosión de agua. La imaginación popular ha dado a cada una de ellas el nombre del objeto o ser que recuerdan.
No es en absoluto exagerado el nombre de Ciudad Encantada con el que se bautizó a este conjunto de volúmenes de piedra de caprichosas y extrañas formas situada en las cercanías de la provincia de Cuenca en España.
A lo largo de este recorrido encontrarás rocas de diversas formas, algunas de ellas muy parecidas a lo que se dice, como “La Foca”, “El Perro”, entre otras más.
“Damas Pedernales” llamó Góngora a ese océano de rocas, a la vez enorme zoológico y archivo de catedrales, palacios, rostros humanos y cualquier otra cosa que nuestra fantasía quiera ver o interpretar. Y fueron las lluvias, las corrientes de agua, los malhumorados vientos, quienes día a día, durante milenios esculpieron tan hermosa y sobrecogedora maravilla geológica, en la confluencia de la planicie manchenga con la meseta de Alcarria, en un agrietado terreno calizo.
El origen de estas extrañas formaciones rocosas datan del periodo cretácico (hace 90 millones de años) cuando chocaron diversas capas tectónicas originando las principales cadenas montañosas de Europa, haciendo que esta zona de Cuenca emergiera a la superficie, luego tras años de erosión han sido desgastadas dando lugar a estas formas tan especiales, siendo el ejemplo más claro de esta erosión el “Tomo Alto”, imagen principal del recinto.
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Este artículo fue publicado en ©yalosabes.com en el 2014.
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