Si vas algún día a nueva Zelanda, tal vez te encuentres con la playa de Koekohe, una playa salpicada con rocas esféricas gigantes, que más bien parecen misteriosos huevos de dragones de mar, pero no se trata de esto.
En realidad estas extrañas formaciones rocosas son el resultado de una erosión paciente a lo largo de millones de años por parte de las olas y la arena sobre rocas con alto componente de calcita.
Las rocas varían en tamaño de 0,5 metros a 2,2 metros de diámetro y pueden llegar a pesar hasta siete toneladas. Muchas muestran líneas y grietas que se asemejan a los caparazones de tortuga.
Las rocas por supuesto, inspiraron numerosas leyendas, entre ellas maoríes. Estas rocas dan la impresión de ser completamente esféricas – y casi lo son.
Según las tradiciones orales de la isla los Moeraki son piedras sagradas. Hoy constituyen un importante atractivo turístico de la Isla y están protegidas dentro del dominio de una reserva natural.
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Este artículo fue publicado en ©yalosabes.com en el 2013.
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